Comparte mi Página.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Astillas de un sueño Daniela Farías. La atleta de 13 años que logró la 12° mejor marca del ranking nacional

Daniela Farías. La atleta de 13 años que logró la 12° mejor marca del ranking nacional de salto con garrocha que lidera la olímpica Alejandra García, no tiene los elementos para entrenarse: la cordobesa salta con una caña.



A 17 mil kilómetros de Moscú, una adolescente sueña con llegar a ser Yelena Isinbayeva. En el predio del Club Quilmes de Villa Allende, la garrochista Daniela Farías se entrena cada día con el afán de convertirse en una atleta de las grandes.

Como suele ocurrir con los deportistas argentinos, Daniela vive entre la realidad y la fantasía. Imagina las condiciones ideales de entrenamiento para aproximarse a sus anhelos deportivos. Es que, debido a los altos costos que demanda la compra de una garrocha profesional, una vara de caña es la que permite que esta cordobesa trepe las alturas.

Los profesionales que desarrollan esta especialidad lo hacen con garrochas que oscilan entre cuatro y cinco metros de largo, elaboradas con fibra de vidrio en el centro –para lograr mayor flexibilidad– y de carbono en los extremos.

Muy lejos está esta joven de pertenecer al conjunto de atletas que se entrenan con los materiales necesarios para llevar adelante una práctica coherente que le auspicie acercarse a la excelencia.

Pero los obstáculos no la frustran. Pese a las dificultades, la atleta logró la 12ª mejor marca argentina en 2010 y, con 13 años, se metió en el ranking nacional que lidera la olímpica Alejandra García.

Su entrenador Juan Farías, que además es su papá, relata: “El año pasado conocí un hombre que hace techos con cañas. Le pedí una para probarla y resultó excelente. Cuando vamos a competir me preguntan de dónde saco este material. Si supieran...”, comenta el técnico, quien se considera un artesano, ya que en una de las puntas coloca una pelotita de tenis para amortiguar el momento del impacto. “Hasta he llegado a ponerle un corcho de sidra”, agrega entre risas.

Más allá de tomar medidas para evitar accidentes, las condiciones de trabajo que logran no son las ideales. Los riesgos están y, a medida que crecen las exigencias, aumentan.

En octubre del año pasado, Córdoba organizó una competencia con jueces de la Asociación de Atletismo para registrar oficialmente las marcas de los participantes. Daniela saltó 2m23 y superó el registro que había en infantiles desde el año 2000 (2m20). Entonces siguió subiendo: 2m25; 2m30; 2m35.

Cuando intentó llegar a los 2m40, su ilusión se hizo trizas. La garrocha “casera” no resistió y se quebró. “Pensé que me mataba”, recuerda la atleta, quien unos días después alcanzó los 2m60 en Rosario.

Mientras tanto, la constante lucha para gestionar la compra de una garrocha parece no tener fin. “Mandé cartas hasta a la Asociación Diversidad de Género y los Derechos del Niño. No quiero plata, quiero una garrocha”, expresa el DT, que lamenta no tener los 10 mil pesos que cuesta importar el objeto.

La vida de esta niña no es aburrida. Cada día suma una anécdota que la deja fuera de juego. La Agencia Córdoba Deportes aportó a su causa 1.500 pesos para fabricar en Buenos Aires una garrocha mejor, que lamentablemente llegó rota.

Cuando las cosas parecen encaminarse, algún obstáculo pone astillas en sus sueños.

Aunque la esperanza no desvanece, para el gran salto de Daniela, falta todavía

No hay comentarios:

Publicar un comentario

En Accion

Motivacion

Alumnos