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lunes, 28 de febrero de 2011

Casado: "La fuerza de los kenianos se basa en el espíritu de equipo"



Nota del diario Marca de España.

EL ESPAÑOL RELATA SU EXPERIENCIA EN ÁFRICA

Casado: "La fuerza de los kenianos se basa en el espíritu de equipo"
Desde el 25 de enero, en que llegó al centro de entrenamiento de Lornah Kiplagat en Iten, Kenia, a 2.400 metros de altitud, Casado ha compartido 30 días de entrenamiento con un grupo de 800 atletas.

Arturo Casado, campeón de Europa de 1.500 metros, ha experimentado durante un mes la dureza de los entrenamientos en Kenia, la calidad deportiva y humana de sus atletas y la enorme carga de trabajo físico que soportan para ser los mejores fondistas del mundo.
Este domingo, en el campeonato de España de cross, celebrado en Haro (La Rioja), Casado olvidó su condición de mediofondista y durante varios kilómetros tiró del grupo en una carrera de doce. "Me encontraba muy bien y se me fue la olla, pero fui el cuarto español. Una buena experiencia con miras al Mundial de Punta Umbría", declaró.
Desde el 25 de enero, en que llegó al centro de entrenamiento de Lornah Kiplagat en Iten, Kenia, a 2.400 metros de altitud, Casado ha compartido 30 días de entrenamiento con un grupo de 800 atletas.
Los jueves estaban reservados a cambios de ritmo. "El primero", recuerda, "fue durísimo para mí. Cuando llevaba menos de veinte minutos con ellos exploté y tuve que gritar a mi amigo Mathew: "finish your training!!" (acaba tu entrenamiento), ya que quería esperarme por miedo a que me perdiera".
La semana siguiente ya mejoró: "el segundo jueves conseguí realizar 40 minutos con ellos y eso me dio una gran alegría por el buen síntoma de progreso y adaptación que estaba teniendo".
Casado destaca la calidad humana de sus compañeros en Kenia. "Siempre han estado pendientes de nosotros. Si un día lo pasabas mal en el entrenamiento, ellos se frenaban y te esperaban. Siempre tenían una sonrisa para animarte y su apoyo nos ha venido genial para poder mejorar", indicó Casado.
El atleta madrileño está dispuesto a repetir una experiencia que no olvidará: la llegada a Nairobi el 25 de enero, el traslado en taxi y "matatu" (furgonetas con capacidad para ocho a doce personas) durante cinco horas a Eldoret, todo por seis euros, y desde allí al campo de entrenamiento de Iten.
"Los paisajes que pude observar", recuerda, "son dignos de mención y la forma de vida que llevaba esta gente me impactó desde el primer momento".
"Después de parar a comer en un puesto de carretera en el que pude probar parte de su gastronomía como el ugali y el chapati (platos típicos con mucha carga de carbohidratos) pasamos por Nakuru y después llegamos a Eldoret. Otro matatu me llevó directo a Iten en 40 minutos", añade.
Un tanto alarmado por los arriesgados adelantamientos en las carreteras, de un carril por sentido, el campeón de Europa llegó al centro de Lornah Kiplagat, donde le recibieron "con los brazos abiertos".
"Las instalaciones son de mayor calidad que todo lo que te encuentras alrededor. Mi amigo Francisco España, que llevaba ya una semana aquí, se alegró mucho de verme y me dijo: "por fin puedo hablar en español".
España, hermano menor de Jesús, el actual subcampeón de Europa de 5.000, le presentó a sus nuevos amigos y compañeros de entrenamiento Mathew, Mark y Felix. "Tres corredores kenianos completamente desconocidos para mí, dado que nunca han salido de Kenia, con piernas de alambre y una gran sonrisa en sus bocas".
Desconocidos pero de gran calidad como atletas. "Eran mucho mejor que yo en largas distancias, auténticos maratonianos capaces de ganar cualquier carrera en Europa, sólo que probablemente nunca llegarán a tener la oportunidad de salir de allí, como muchos otros".



"Los jueves nos juntamos unas 80 personas en el mismo sitio para realizar un fartlek (cambios de ritmo). Un minuto fuerte y un minuto suave es una opción. La otra es dos minutos fuertes y un minuto suave. Wilson Kipsang (2:04 en maratón), al frente de todos, habló como si fuera el gran jefe de la tribu. Todos callamos para escuchar el tipo de entreno que ha decidido que todos hiciéramos".
"Nos dice que dos minutos fuerte y uno suave veinte veces. Una hora en total de intenso esfuerzo. En voz alta, Wilson empieza a contar la cuenta atrás: ten, nine, eight... one, go! El primer minuto es suave para que no haya problemas de contacto entre todos los que estamos allí".
Cuando empieza "realmente" el entrenamiento, en el segundo minuto, "los empujones se sucedían uno tras otro en una nube de polvo rojo de los caminos de Iten. La intensidad era altísima y la falta de aire te ahogaba".
Después del "durísimo" primer jueves, el segundo ya pudo hacer 40 minutos con ellos. "Eso me dio una gran alegría por el buen síntoma de progreso y adaptación que estaba teniendo".
Después de una semana en Kenia llegó el resto de la expedición española, Fabiana Lafuente y Elena García, que poco a poco se fueron dando cuenta de que "a 2.400 metros si empiezas muy fuerte lo acabas pagando con una buena pájara".
"Pero también estaban encantadas con el trato humano y se deshacían cuando los niños pequeños se ponían a correr a su lado preguntándoles "How are you?". En cuanto se corrió la voz de que las "musungus" (hombre o mujer de raza blanca en suajili) repartían lapiceros y pinturas, todos los niños les buscaban".
En Iten, 800 de sus 2.000 habitantes son corredores de fondo y medio fondo, y pese a la escasez de medios materiales, todos llevan camisetas técnicas de entrenamiento y de buenas marcas.
"Es cierto que muchas de ellas tienen agujeros de tanto uso y que sus zapatillas pueden tener parte de la suela despegada. Preguntándoles a ellos dónde las conseguían, respondían que todos los atletas son amigos, y si a uno muy bueno le manda ropa una marca comercial, todo lo que no es necesario para él lo reparte entre los demás".
"La fuerza de los kenianos", concluye Casado, "se basa, aparte del gran trabajo de entrenamiento realizado y de la enorme calidad como atletas, en el espíritu de equipo que reside en todos ellos. Toda su energía la mantienen unida y esto les hace imparables. Para nosotros es difícilmente comprensible en un deporte individual como el atletismo".

domingo, 27 de febrero de 2011

Vera Sokolova bate el récord del mundo de los 20 kilómetros marcha



Atletismo - Campeonato de Rusia - 26-02-2011
Vera Sokolova bate el récord del mundo de los 20 kilómetros marcha
La atleta rusa ha batido el récord mundial de los 20 kilómetros marcha en categoría femenina tras establecer un tiempo de una hora, 25 minutos y 8 segundos.

La joven rusa, de 23 años, ha batido en más de medio minuto la marca anterior en posesión de la también rusa Olimpiada Ivanova, que en 2005 en una reunión en Helsinki marcó un tiempo de 1:25:41.
Sokolova, que finalizó en tercera posición en los últimos europeos de Barcelona por detrás de sus compatriotas Olga Kaniskina y Anisya Kirdyapkina, fue capaz de imponerse a esta última, según informó la Federación Rusa de Atletismo a través de su página web oficial.

La campeona del mundo, europea y olímpica, Kaniskina, no ha participado en este evento al encontrarse preparando los Mundiales que se disputarán en Corea del Sur en agosto.

jueves, 24 de febrero de 2011

Misión cumplida




Una vez más dijeron presente Jaime Mante -con 69 años, uno de los más grandes- y Lily Haines, que no se perdieron ninguna edición. Su equipo "Somos leyenda" ya es una tradición en la prueba organizada por el Club de Corredores. Como siempre, estuvieron los debutantes mostrando su cuota de atrevimiento e inexperiencia, pero también su absoluta decisión. Fue el caso de Carla Grassi, que junto a Ana Rubio se dieron el gran gusto. "Hacía mucho tiempo que queríamos correr el Cruce. Fue una experiencia única, lejos del confort y la comodidad", explica Grassi tras recibir la medalla que estruja como con cierto temor a perderla. Sabe que le costó mucho completar la prueba, que esta vez implicó recorridos casi al límite con lo imposible con subidas por filos montañosos que quitaban el aire, caminos estrechos y lagos de ensueño.

¿Cuál es la mejor forma de reducir el entrenamiento antes de una carrera?

Fuente consultada runners.es

¿Cuál es la mejor forma de reducir el entrenamiento antes de una carrera? La clave está en reducir el kilometraje pero no bajar la intensidad.
Antes de unos importantes campeonatos universitarios, me mostraba cautelosamente optimista sobre uno de los atletas a los que entrenaba en la Universidad Brigham Young, llamado Kyle Perry, que había entrenado muy bien para la carrera de obstáculos y parecía listo para lograr una gran marca. Por desgracia, 3 semanas antes de los campeonatos nacionales, sufrió una lesión en una pierna que nos obligó a reducir su kilometraje de 130 a 80 km semanales. Una semana después, se lesionó el pie saltando una valla y tuvimos que volver a reducir el kilometraje a menos de 50 km. Todas estas reducciones tuvieron un final feliz, pues Perry ganó el título de 3.000 obstáculos por casi 6", mejorando en más de 11" su registro personal.

La reducción del volumen de los entrenamientos antes de una competición supone un merecido descanso de la tensión del entrenamiento intenso. Esta disminución permite que el organismo se recupere de las lesiones tisulares y que vuelva a almacenar energía en forma de glucógeno. También ayuda a reducir la concentración de una enzima denominada creatina cinasa, que se produce por las contracciones musculares intensas y que se encuentra en gran cantidad en los atletas sobreentrenados y fatigados.

ENTRENAMIENTO ÓPTIMO
Sin embargo, varios estudios han demostrado que una disminución adecuada del entrenamiento no es sólo la eliminación del entrenamiento intenso, sino la colocación estratégica de los esfuerzos intentos. En un estudio clave sobre este tema se analizaron los efectos de tres procedimientos de reducción del entrenamiento en corredores universitarios. Los investigadores de la Universidad Mc- Master en Hamilton, Ontario, hacían que los atletas entrenaran 6 días a la semana durante 8 semanas. Durante las últimas 2 semanas, corrían 80 km a la semana con 2-3 sesiones de intervalos. A continuación, realizaban una reducción de alta intensidad, una de baja intensidad o simplemente un período de descanso.

Cuando los investigadores evaluaron a los atletas al final del período de 5 días, observaron que los atletas que habían descansado habían empeorado un 3% su rendimiento. La reducción de baja intensidad produjo un ligero incremento del 6%, pero la reducción de alta intensidad proporcionó un incremento de un 22% en una prueba de esfuerzo. Una reducción considerable del volumen, pero conservando una alta intensidad es la mejor estrategia de reducción de los entrenamientos para los corredores de media y larga distancia. La disminución de volumen permite que el cuerpo se recupere, aunque las sesiones cortas e intensas de entrenamiento proporcionan un estímulo anaeróbico suficiente para evitar que el organismo pierda el entrenamiento conseguido. Por tanto, aunque es tentador utilizar la semana de reducción del entrenamiento para relajarse, no hay que bajar el ritmo. Si descansas con cabeza, correrás mejor.

Consejos del dia

Insisto en que el atleta debe escuchar a su entrenador, a su propio cuerpo y no entrenar en demasía. Ya que esto a la postre es perjudicial. Todo atleta debe intentar conseguir la mejor marca posible sin fijarse en lo que hacen los demás atletas. El principio de individualidad tanto en el entrenamiento como en el resultado es clave para conseguir el mejor éxito personal en la competición.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Ahora podes ser parte de la AAMT y federarte


Ahora podes ser parte de la AAMT



Requisitos de la FAM para federte

- 2 Fotos Carnet.
- Tus antecedentes Deportivos y Marcas.
- Fotocopia de tu DNI. y tus Datos Personales.
- Apto Médico.

viernes, 18 de febrero de 2011

Se cumplieron 30 años. Demasiado tiempo para una exhalación que duró menos de 23 segundos...

Treinta años son mucho

Beatriz Allocco clavó en 22s94 el récord argentino para los 200 metros el 11 de noviembre de 1978. Una marca que sigue imbatible y refleja la falta de velocistas en el país.

Se cumplen hoy 30 años. Demasiado tiempo para una exhalación que duró menos de 23 segundos...

El 11 de noviembre de 1978, en los 3.600 metros de altura de La Paz, Beatriz Eva Allocco clavó los cronómetros en 22s94 para establecer un nuevo record argentino y sudamericano de los 200 metros que la colocaron entre las mejores 10 velocistas del mundo en ese momento. Si bien por aquel tiempo algunos sospecharon del registro al sostener que el reloj comenzó a "correr" después de la partida, esa marca fue tomando consideración a medida que fueron pasando los años y hoy es el tercer record más antiguo del atletismo argentino detrás del de Juan Carlos Dyrzka en los 400 metros con vallas (49s82 logrados en 1968) y el de Belkis Fava, Angela Godoy, Liliana Cragno y la propia Allocco en la posta 4x100 metros (44s90 en 1975).

Allocco tiene 55 años, está radicada en Miami desde hace un tiempo y fue un referente muy importante de su época en el deporte nacional. A fines de los 80, Olga Conte, con sus 23s32 alcanzados en Medellín, amenazó con destronar su reinado de la velocidad y fue recién en 2004 cuando Vanesa Wohlgemuth le arrebató su crono de 11s61 que durante 26 años fue el record nacional de los 100 metros. Lo cierto es que aquellos 22s94 todavía alcanzarían para, por ejemplo, haber sido semifinalista olímpica: con esa marca, en Beijing hubiera terminado en la 23ª posición. ¿Qué ocurre hoy? Los tiempos de las mejores atletas argentinas en los 200 metros fluctúan en alrededor de los 25 segundos...

El recuerdo de Allocco trae al escenario la pobreza histórica del atletismo argentino en las pruebas de velocidad. Y acá no hay diferencias de género: tanto en varones como en mujeres apenas un par de nombres (Gerardo Bonhoff y Allocco, por supuesto) sobresalen en esta especialidad en un deporte que dio enormes fondistas, por ejemplo, y que hoy vive una primavera incipiente con la aparición de prometedores lanzadores (Dahlgren, Lauro y Comba) y de Germán Chiaraviglio, el garrochista que maravilló en su etapa juvenil aunque en Beijing no pudo aprobar su primera experiencia olímpica. Ahora, ¿por qué no surgen velocistas en Argentina? En primer lugar porque no hay una tradición en los 100, 200 y 400 metros y además porque el velocista nace pero también hay que hacerlo con métodos de entrenamiento muy específicos que hoy están muy lejos de implementarse en la realidad del atletismo nacional.

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lunes, 7 de febrero de 2011

Hablando de Correr - Texto de Antonio Ortí, blog de Martin Fiz

Hablando de Correr – Leerlo, merece la pena
Publicado el Enero 24th, 2011 por martinfiz |
Este texto que ha llegado a mis manos merece la pena leerlo. Escrito por Antonio Ortí. Publicado en la Vanguardia.es.
Texto de Antonio Ortí
Correr es mucho más que llegar a algún sitio. Es demostrarse a uno mismo que progresar diariamente contribuye a acercar cualquier objetivo. Y esto incluye desde acabar un maratón hasta mejorar en el trabajo.
En De qué hablo cuando hablo de correr, el escritor japonés Haruki Marukami explica que realizar repetidamente cualquier acto, por trivial que sea (y pone como ejemplo afeitarse), encierra una filosofía. Murakami empezó a practicar footing casi a diario en 1982, cuando tenía 33 años. En esa época fumaba 60 pitillos al día y pesaba algunos kilos de más. Por si fuera poco, no sentía atracción alguna por el deporte, del que había quedado harto en el colegio, y mucho menos por ideas del tipo: “Venga, salgamos todos a correr y llevemos una vida saludable”.
El caso es que Murakami se apuntó a una carrera de cinco kilómetros y quedó tan prendado del sonido de sus zapatillas sobre el asfalto como lo estaba de Red Hot Chili Peppers. Pero, incluso para él, que ha conseguido domar el lenguaje y escribir novelas tan brillantes y raras como El pájaro que da cuerda al mundo y Kafka en la orilla, sigue siendo un misterio desvelar qué lleva a una persona a sentir la necesidad imperiosa de salir a correr casi a diario. Y esto tanto puede aplicarse a los que corren vigorosamente golpeando con fuerza el suelo y cortando el viento al avanzar, como a los que lo hacen con los hombros caídos, los ojos entornados y resoplando ruidosamente.
La cuestión es que los expertos no acaban de explicarse el constante incremento de personas que participan en maratones y en otras carreras populares. Algunos sostienen que se está volviendo a poner de moda un ideal que predicaban los estoicos: conseguir la paz interior por encima de los acontecimientos externos. Murakami prefiere no ir tan lejos e insinúa que la clave del éxito del running radica en conectar con uno mismo y en sentir la satisfacción de entregarse a fondo.
De hecho, Murakami comenzó a correr cuando decidió dedicarse exclusivamente a escribir, por lo que sus novelas tienen mucho que agradecer a sus piernas. Con todo, el mensaje más importante para quienes no estén demasiado interesados en correr maratones y otras gestas parecidas es que el 90% de las habilidades que difunden los libros de autoayuda se puede aprender en pantalones cortos.
“Entrenarse para correr largas distancias o para cualquier otro deporte que exija mucha fortaleza mental proporciona una serie de valores que luego es posible aplicar en la vida cotidiana: disciplina, constancia, superación, crecimiento personal, saber establecer objetivos a corto, medio y largo plazo, aprender a trabajar bajo presión y a sobreponerse a las adversidades”, explica la psicóloga granadina Patricia Ramírez, que asesora a deportistas de élite y el año pasado ayudó a Gregorio Manzano, por entonces entrenador del RCD Mallorca, a clasificar a su equipo para Europa –aunque luego su gozo acabara en un pozo, como muchos de los personajes de Murakami…–.
Tanto es así que muchas empresas norteamericanas y algunas españolas empiezan a considerar un mérito que tener en cuenta cuando algún candidato incluye en su currículum haber concluido maratones, triatlones o pruebas de gran exigencia física. La moda se inició hace alrededor de diez años con la ascensión al Everest y llevó a algunos directivos a pagar hasta 10.000 dólares por contratar a sherpas que les ayudaran en su objetivo.
Juan Carlos Cubeiro, coautor, junto con Leonor Gallardo, de Liderazgo Guardiola, El mundial de la Roja y Liderazgo, empresa y deporte –algunos de ellos best sellers–, está de acuerdo con Patricia Ramírez y todavía añade más. “En la actualidad, hay muchas personas con unos conocimientos estimables que no desarrollan sus habilidades. Por eso, cada vez son más importantes experiencias extracurriculares. A igualdad de aptitud, la actitud marca la diferencia”, señala este profesor de Esade y de la Universidad de Deusto cuya trayectoria como consultor incluye a más del 80% de las 500 mayores empresas españolas (han leído bien).
Jorge Ricard, partner de Heidrick & Struggles, una de las empresas de head hunters más importantes del mundo, corrobora que correr maratones y, en general, practicar deporte cotiza al alza en las empresas de recursos humanos, “con la excepción, si se quiere, de tener un buen handicap en el golf, ya que suele ser sinónimo de que la persona en cuestión dedica a ello la mayor parte de su tiempo”.
Al igual que Cubeiro, Jorge Ricard considera que las personas que completan maratones “tienen una buena base para conseguir los objetivos que se proponen y para afrontar las dificultades que se puedan presentar”, aunque la primera condición de todo ejecutivo sea su formación y, si se quiere, su experiencia. Con todo, admite que el momento económico actual exige “directivos maratonianos y personas disponibles y dispuestas, que se planteen el éxito como una meta lejana que implica sortear obstáculos”.
De hecho, en los últimos años algunos psicólogos deportivos han descrito los beneficios específicos del running. Para Rodrigo Cauas, “los motivos que posee una persona para dedicarse a correr maratones, medias maratones o cualquier otra distancia no siempre se relacionan con sentirse saludable o bajar de peso”. En ocasiones, salir a correr tiene que ver con reducir los síntomas de la depresión o el estrés, aumentar la autoestima y meditar los problemas que plantea la vida diaria en ese “tiempo muerto, lejos del foco de conflicto”, escribe este psicólogo chileno que ha acuñado conceptos tan curiosos como exitismo o nikefobia (término tomado de la diosa griega del éxito, llamada Nike, y que podría traducirse como miedo a dejar de triunfar) en la columna que escribe en el diario La Nación.
Así pues, tal vez de lo que habla Murakami cuando habla de correr es de que el running es una filosofía de vida cuyo principal mantra se encuentra en los versos de Machado: “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”.
La vida como una carrera de fondo
Siraj Bechich, director de la escuela de coaching CoachSi, propone aplicar cinco principios para extrapolar los valores del running a otras parcelas de la vida.
1. Correr es la mejor escuela para fortalecer la voluntad.
2. Una carrera de muchos kilómetros siempre comienza con un primer paso. Con independencia de que la meta sea encontrar pareja o buscar trabajo, lo básico es ponerse en movimiento.
3. Cuando se ha recorrido parte del camino conviene volver la vista atrás para celebrar lo conseguido.
4. En el transcurso de un maratón (deportivo o de la vida) siempre hay que salvar algún muro. Cuando se topa con él, hay que elegir entre aflojar el ritmo o reponer fuerzas para salvar ese obstáculo. Abandonar nunca es una opción.
5. Al superar un desafío se abren las puertas del siguiente. La cuestión es seguir evolucionando y recordar que más importante que llegar a la meta es disfrutar del camino.

jueves, 3 de febrero de 2011

Emil Zátopek





Ningún fondista ha logrado alcanzar a Emil Zátopek, oro en tres pruebas de larga distancia en los Juegos Olímpicos de Helsinki y fallecido en 2000.

“Hace cincuenta años, el deporte era más puro, tradicional, mientras que hoy todo es más bien un gran espectáculo. Yo no estoy en contra, es una evolución natural” cuenta Dana Zátopková, una lanzadora de jabalina que vivió el auge de los Juegos Olímpicos después de la II Guerra Mundial.
Por entonces, era una de las atletas estrellas y vivió de cerca el ascenso hacia la leyenda de Emil Zátopek, el único atleta que ha conseguido el oro en las pruebas de 5.000, 10.000 metros y maratón en la misma edición olímpica (Helsinki 1952). El recuerdo es muy vívido porque Emil fue su esposo y compañero de competiciones y este lunes se cumplen diez años de su muerte.

Sin embargo, el constante movimiento y renovación de los héroes del deporte actual parece haber sepultado la memoria del héroe checo que sobrevivió a las tropas alemanas que atravesaron los bosques de Moravia, la II Guerra Mundial y a los blindados soviéticos que bajaron el telón de acero con la firmeza de las armas ante su oposición. Antes, Zátopek había sobrevivido como trabajador de una fábrica de zapatos en la que comenzó a competir porque le gustó el aplauso de sus compañeros en una prueba local de la empresa.
“La mayoría de la gente no se acuerda de él” afirma el veterano maratoniano Chema Martínez.” Ahora los jóvenes tienen muchas cosas que ver y desgraciadamente, a pesar de que les inculco que lean la historia de Owens o Zátopek , la mayoría viven más la realidad del día a día” asume el representante español Miguel Ángel Mostaza.
Sólo sus compatriotas y los fondistas parecen recordar a aquel desgarbado que corría “como si llevara un cuchillo clavado en la nuca” con sus llamativas zapatillas rojas (suministradas por sus compañeros obreros de manera clandestina).
En los años 50 se convirtió en la estrella mundial del atletismo que sustituía a Paavo Nurmi y en España le pudieron disfrutar algunos privilegiados en el ‘cross’ de Lasarte en 1958 tras superar los obstáculos burocráticos de los atletas procedentes de la Europa del Este. “Su palmarés es impresionante, pero su gran aporte fue demostrarle al mundo la capacidad de resistencia del ser humano, romper las barreras que en aquella época parecían imposibles de romper. Además, fue un revolucionario en el concepto de entrenamiento” resume Miguel Ángel Mostaza, quien coincidió con el checoslovaco en algunos de sus últimos campeonatos.
Con sus victorias fue aclamado en Checoslovaquia pero su oposición a la influencia soviética le llevó a perder sus privilegios y a trabajar durante seis años en una mina de uranio. Tras retractarse recuperó sus viajes para repartir por el mundo los relatos apasionados de sus hazañas en cualquiera de los seis idiomas que hablaba mientras el mundo del atletismo sucedía sus homenajes antes de que muriera en 2000.
Sin sucesor
A pesar de los diez años transcurridos, aquel hombre que revolucionó la larga distancia y que ideó nuevos sistemas de entrenamiento conserva su aura legendaria entre los nuevos corredores. Algunos han intentado doblar sus éxitos, pero sólo grandes atletas como Kenenisa Bekele se han acercado (oro en 5.000 y 10.000 metros en Pekín 2008). “Cuando yo me planteé la gesta en Göteborg de hacer 10.000 y el maratón ya dije que, sólo con intentarlo, ya era una pasada y una burrada” explica Chema Martínez de uno de los pocos intentos que se han acercado en los últimos tiempos a la proeza de Zátopek .
Mientras su esposa de 88 años visitará su tumba en Rostov resulta difícil encontrar posibles herederos de ‘la locomotora humana’ en el atletismo actual. “Hoy en día tenemos atletas que se han acercado a lo que hizo Zátopek como Grebeselasi, Bolt (que lo puede conseguir) o El Guerrouj. Se pueden comparar, pero la diferencia es que vivió un atletismo totalmente diferente” reconoce Mostaza. “Lanzarse a una aventura de ser campeón de sólo dos pruebas tan diferentes como la maratón y el 10.000 ya es una locura. Creo que va a ser irrepetible” sentencia Chema Martínez.

Nota de http://team.redolat.com

PD guardo en casa un jarrón de cristal entregado por Emil a la mejor marca de medio fondo durante en torneo zapatilla de oro en Ostrava

Abebe Bikila

El año pasado se cumplio el cincuenta aniversario de una de las proezas más grandes del deporte. En 1960 por primer vez un etíope, un africano, conseguía una medalla de oro en unas Olimpiadas. Abebe Bikila ganó la maratón de Roma rompiendo todos los récords, y lo hizo descalzo. Dos horas, quince minutos, 16 segundos y dos décimas en 42 kilómetros con 195 metros de historia. Nadie sabía su nombre, nadie entendía que hacía allí ese hombre delgado, con aspecto de asceta; aquel hombre era África, que en su renacimiento se mostraba al mundo tal y como era, pobre, pero orgullosa.

Abebe Bikila, hasta entonces un completo desconocido, se convirtió en un héroe para los africanos, en plena efervescencia de sus independencias, y en un revulsivo para occidente, que descubría desconcertado la nueva fuerza del continente negro.
Bikila, nacido en 1932 en un pequeño pueblo de Etiopía, era hijo de un humilde pastor de cabras y no aprendió a leer hasta los 14 años. A los 20 años, se alistó a la Guardia Imperial de Haile Selassie como tantos otros jóvenes etíopes que buscaban un sustento. Hasta entonces, el joven Abebe sólo había corrido de forma esporádica, pero cuentan que un día vio a un grupo de hombres que corrían con camisetas con la palabra Etiopía escrita a la espalda, cuando le dijeron que esos atletas formaban parte del equipo nacional, supo cual era su destino.

Abebe, pasó a formar parte del equipo, aun así, era un diamante en bruto sin descubrir; a pesar de haber alcanzado una relativa popularidad en su país, era un total desconocido en el exterior y ni siquiera fue seleccionado para representar a Etiopía en las Olimpiadas de Roma en 1960. El azar quiso que uno de los atletas se lesionara en un partido de fútbol y Abebe fue convocado tan repentinamente que el avión con destino a la Ciudad Eterna tuvo que esperar por él.


El día de la gran prueba, Abebe Bikila, que ya tenía 28 años, se calzó las zapatillas Adidas con las que debía correr, pero no se sintió cómodo con ellas, lejos de desanimarse, Bikila decidió que correría por las calles de Roma como tantas veces lo había hecho, descalzo. Todo el mundo lo miraba estupefacto, ¿quien era aquel hombre sin zapatos?.
Era un día caluroso y la carrera se inició cuando el sol ya caía, los corredores empezaron a marchar a los pies del imponente Arco de Constantino, primero en grupo, luego poco a poco los favoritos, entre ellos el marroquí Rhadi Ben Abdesselam, empezaron a distanciarse del pelotón mientras la luz del día desaparecía y llegaba la noche. Derrepente, aquel fibroso etíope empezó a destacar, su delgado cuerpo avanzaba ante una Roma iluminada, siglos y siglos de historia le contemplaban.
Tras 20 kilómetros de lucha contra su propio cuerpo, Bikila y Abdesselam corrían juntos, en un impresionante duelo por las calles del centro de Roma, un precioso escenario para una batalla que el público seguía emocionado. Los dos atletas corrieron juntos hasta los últimos 500 metros, entonces Abebe avanzó.
Cuando llegó a la meta, con la multitud enloquecida, los aplausos y los flashes, el etiope descalzo, ese esbelto desconocido, no se detuvo y siguió corriendo hasta llegar al Arco de Constantino; allí estaba su gloria, la de toda su nación, a pocos metros de donde Mussolini había partido con su ejército a la conquista de Etiopía. Cuando se le preguntó porque corría sin zapatillas, Bikila fue consciente del simbolismo de su gesta: “Quería que el mundo supiera que mi país, Etiopía, ha ganado siempre con determinación y heroísmo”, dijo. El pastor de ovejas postró ante sus pies descalzos a la Italia colonial, a los necios que nunca creyeron que un hombre negro pudiera realizar tal proeza. Abebe se convirtió en leyenda, y África enloqueció.
Cuatro años más tarde, esta vez calzado, volvió a ganar el oro en la maratón de las Olimpiadas de Tokio batiendo de nuevo la plusmarca mundial con 2 horas 12 minutos 11 segundos. Parecía que su estrella no se iba a acabar nunca, y sin embargo lo hizo.
El declive del atleta más grande de la historia africana empezó en 1968, durante las Olimpiadas de México, la falta de oxígeno sumado a una lesión, le obligaron a abandonar en el kilómetro 17, su carrera se fue subida en ambulancia, esa fue la última vez que se le vio correr.
La diosa de la fortuna es caprichosa, unas veces te da la gloria y cuando menos te lo esperas te la arranca de un zarpazo. Un año después de abandonar en México, Bikila conducía su coche cuando perdió el control al tratar de esquivar una protesta estudiantil. El corredor quedó parapléjico, así de cruel puede ser la fortuna.
Resignado, Bikila aceptó su desgracia: “Los hombres de éxito conocen la tragedia. Fue la voluntad de Dios que ganase los Juegos Olímpicos, y fue la voluntad de Dios que tuviera mi accidente. Acepto esas victorias y acepto esta tragedia. Tengo que aceptar ambas circunstancias como hechos de la vida y vivir feliz”, dijo entonces.
Cinco años más tarde, el 23 de Octubre de 1973, Abebe Bikila moría a causa de una hemorragia cerebral provocada por complicaciones debidas al accidente, tenía tan sólo 41 años. 65.000 personas acudieron a despedir al más grande de sus héroes nacionales.
El corredor de maratones etíope Haile Gebrselassie, escribió sobre la importancia del corredor algo hermoso: “Bikila hizo que nosotros, los africanos pensáramos: ‘Mira, él es uno de nosotros, si él puede hacerlo, nosotros podemos hacer lo mismo’”. El corredor descalzó sigue corriendo en las mentes de los africanos.
fuente: La Vanguardia

Garmin Forerunner 210 HRM


Garmin Forerunner 210 HRM

El Garmin Forerunner 210 (hermano pequeño del 410) es un reloj con GPS y pulsómetro para correr. Después de haberlo visto en funcionamiento y toquetearlo, definitivamente me gusta más que el 410 porque es más pequeño, más ligero (52 gramos), es compatible con podómetros Garmin para utilizarlos en la cinta o en interiores donde el GPS no va a funcionar, tiene botones en vez de la rueda táctil y es más barato. Por supuesto incorpora contador de vueltas o kms con información específica de ritmos, descarga en el ordenador, análisis, GPS HotFix (muy importante), pulsómetro por cinta, etc… Respecto al 410 le faltan algunas cosas como la transferencia inalámbrica, competición contra trayectos anteriores, alertas y algún detalle más.

Running Team Parque Mugica





Migueles Team en parque Mugica
martes y jueves 8;30

El grupo esta abierto a todo los niveles de corredores, en el mismo conviven atletas aficionados con corredores de elite.

Trabajamos mucho en la técnica de carrera en cada entrenamiento.

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