Nuestro deporte tiene cada vez más virtudes. Un estudio realizado en la Universidad de Stanford, en California, sugiere que una de las mejores cosas que pueden hacer los adultos que no duermen muy bien es correr diariamente.
El trabajo evaluó a 29 mujeres y 14 varones con edades comprendidas entre los 50 y los 76 años, todos sedentarios y sin problemas cardiovasculares, que se quejaban de dificultad para dormir como les gustaría. A un grupo de estos insomnes se le ayudó a realizar ejercicio físico, consistente en 30 minutos diarios de ejercicio aeróbico de bajo impacto o caminar rápido. Otro grupo permaneció tan sedentario como lo venía siendo.
Cuatro meses después, el insomnio ya no era gran problema para casi todos los que habían estado realizando ejercicio, mientras que el mal dormir no había mejorado entre el grupo que no hizo gimnasia. De hecho, los nuevos deportistas dormían una hora más y tardaban menos en dormirse que los que se mantenían inactivos.
Los mecanismos mediante los cuales el ejercicio ayuda a dormir bien pueden ser de dos clases, uno de ellos es psicológico, ya que el ejercicio mejora el estrés y disminuye la ansiedad. El otro es fisiológico, producto de la relajación de los músculos, disminución del tono simpático y del equilibrio de la regulación térmica.
Los trastornos del sueño son comunes en la gente adulta y generan un consumo indiscriminado de fármacos, algo que puede tener efectos secundarios importantes sobre todo en las personas de la tercera edad
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