Calambres musculares durante la actividad física
Ricardo Javornik, M.D.
Caracas, Venezuela
Un alto porcentaje de los calambres que ocurren durante el ejercicio puede ser atribuido a una gran pérdida de líquido corporal así como a la pérdida de electrolitos como el sodio. El sodio es un importante mineral que interviene en la formación de las señales eléctricas de los nervios que producen los movimientos musculares, y su deficiencia asociada a la de fluidos determina la presencia de músculos “irritables”. Bajo tales condiciones, un movimiento un poco más intenso puede desencadenar una contractura muscular incontrolable. Recordemos que una ligera disminución del sodio sanguíneo, determinada por una dieta baja en sodio o una sudoración notablemente profusa, puede causar este cuadro. Por otra parte, se indica la teoría que sugiere que la fatiga muscular causa una falta de control en los sensores eléctricos musculares (efecto excitatorio de los husos neuromusculares y del efecto inhibitorio del órgano tendíneo de Golgi) generando una contracción tetánica de la masa muscular. Aparentemente la contracción del músculo en su posición mas corta es el factor mecánico desencadenante de este cuadro.
INTRODUCCIÓN
Los calambres son contracciones dolorosas e involuntarias de los músculos que pueden ocurrir durante o después del ejercicio. En los atletas la causa de los calambres todavía no está claramente definida pero existen diversas teorías a las cuales se atribuye su aparición como la deshidratación, la alteración de los electrolitos y/o actividad anormal de las motoneuronas que inervan a los músculos. Se ha evidenciado que la fatiga general y muscular así como la falta de elasticidad son factores que predisponen a su aparición. Su prevención y tratamiento se sustentan sobre un buen entrenamiento de flexibilidad pasiva así como una buena nutrición e hidratación.
¿Cuál es la causa de un calambre?
La presencia de calambres es generalizada a todos los deportes aunque su mayor incidencia es en deportes de resistencia como el maratón y triatlones. Es un evento bastante incapacitante caracterizado por la contracción dolorosa, espasmódica e involuntaria de la masa muscular esquelética que se puede presentar durante o después del ejercicio físico. En la literatura científica podemos evidenciar que los calambres pueden ser síntomas de síndromes clínicos congénitos, de condiciones patológicas adquiridas así como ciertas situaciones especiales entre las que están el ejercicio en ambiente caluroso donde hay una pérdida alta en líquido corporal debido a la sudoración profusa.
Es bien conocido que los músculos mas propensos al calambre son los músculos biarticulares. Un buen ejemplo es el calambre de la pantorrilla del nadador. Durante la natación el tobillo flexionado mantiene contraídos los músculos de la pantorrilla. En ese momento el tendón de Aquiles se mantiene relajado y la actividad del sensor eléctrico muscular especifico (Organo tendíneo de Golgi) está disminuida, lo que determina una actividad no controlada de los nervios de los músculos de la pantorrilla determinando una contracción sostenida y dolorosa del mismo. El hecho de que el alargamiento muscular pasivo inmediatamente practicado luego de un calambre mejore el cuadro, indica una mayor actividad del aparato tendíneo de Golgi que sustenta esta teoría.
Factores de riesgo y prevención
En los deportes de resistencia como el maratón se han identificado factores de riesgo como un alto índice de masa corporal, hábitos irregulares de elasticidad, historia familiar de calambres, alta intensidad de entrenamiento, entrenamiento de larga duración, carrera en colinas y fatiga muscular precoz.
Ante la presencia de calambres musculares, se deberá intentar realizar ejercicios de elasticidad en los músculos afectados, manteniendo la posición de alargamiento hasta que ceda la contractura, retornando el músculo a su posición en forma que no reaparezca el calambre. Al mismo tiempo se debería dar soporte al atleta colocándolo en un área fresca y proveerle fluidos de rehidratación oral.
Es importante tratar de prevenir los calambres. Esto se puede lograr recomendando a los atletas que estén bien acondicionados para la actividad deportiva que realizan, que realicen ejercicio de flexibilidad en los músculos que hayan sufrido calambres previamente, que mantengan una adecuada nutrición (carbohidratos y líquidos) para prevenir la fatiga muscular durante el ejercicio y de ser necesario que reduzcan la intensidad y la duración del esfuerzo.
PUNTOS A RECORDAR
Los calambres son frecuentes en la mayoría de los deportes, aunque su prevalencia es mayor en los deportes de resistencia.
El origen de los calambres en los deportistas no está bien definido, siendo atribuidos a alteraciones del contenido del agua y de minerales como el sodio corporales así como a activación anormal del proceso de inervación del músculo.
Su aparición puede ser desencadenada por esfuerzos inusuales en intensidad y duración, que determinan niveles elevados de fatiga.
Ante un cuadro de calambres, se deberá practicar un alargamiento estático del músculo afectado, llevándolo lentamente a su longitud inicial.
Se pueden recomendar para su prevención un buen acondicionamiento físico que incluya ejercicios de flexibilidad así como una nutrición adecuada en los aspectos de energía e hidratación.
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