Sin dudas, la medalla de bronce de Federico Bruno en los 1.500 metros representó uno de los puntos fuertes del plantel argentino en esta segunda jornada de competiciones del Sudamericano.
El atletismo argentino podría recordar un exquisito historial de mediofondistas. Pero la prueba se nos venía negando desde hace muchos años, hasta que Javier Carriqueo nos devolvió al mejor nivel.
Ahora, en el palco, Osvaldo Suárez recordaba como su debut en los Sudamericanos se había producido justamente en esta distancia, cuando corrió los 1.500 siendo un inexperto juvenil en el Estadio de River, en 1952. En 1975, sorprendió el triunfo de otro argentino muy joven como Carlos Villar, aunque no pudo desarrollar su campaña en mayores.
Ahora es el tiempo de Federico Bruno, el chico surgido de Concordia y que el año pasado se apoderara de los topes sudamericanos de menores en 1500 (3m47s35), 3000 (8m23s51) y 5000 (14m38s70).
Claro que en el CENARD se trataba de otro compromiso, ante rivales mucho más duros y fogueados. Entre ellos, el mejor mediofondista sudamericano de las últimas décadas, el brasileño Hudson Santos de Souza. Este se llevó la medalla de plata, escoltando a su compatriota Leandro Prates de Oliveira (3m45s55), después que ambos arremetieran a partir de los últimos 250 metros. Bruno dio pelea en todo momento y defendió su medalla de bronce, muy festejada, con 37m48s81.
Todos esperamos que sea su plataforma de lanzamiento hacia una gran campaña, segura y planificada. Pocas veces en los últimos años se vio el surgimiento -en nuestro atletismo- de un mediofondista tan dotado.
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